jueves, 7 de febrero de 2013

Sombras. Capítulo 5


Capítulo 5
Cena de puños
-La próxima vez que faltes a tu trabajo, aunque sea un segundo, estarás fuera de las murallas. ¿Entendido?-seguía regañándome Teresa.
Ya llevábamos una hora sin parar ¿Es que a esa mujer no se le gastaba la saliva? Desde que había llegado con Luke del bosque no hacía nada más que echarme la bronca.
-¡Te acabo de preguntar que si lo has entendido niñata!-me reprendió de nuevo la “jefa”. No entendía por qué me estaba regañando. ¡Ella no era la jefa de los campos!
-Déjala ya, Tess-le dijo Luke intentando ayudar- Necesitaba salir del pueblo. Lleva dos semanas aquí  encerrada-se acercó hacia la esquina donde me encontraba- Además, lo ha hecho para ver si podía recordar algo-mintió para mejorar la situación- ¡Imagina que recuerda por dónde ha venido!
-¡Y por eso no la he echado ya de comida a las sombras!-exclamó sulfurada Teresa- Tiene que aprender a valerse por sí misma. No sé cómo no ha muerto todavía-le dijo a Luke como si no estuviera en la habitación. ¡Cómo odiaba a la gente que hacía eso! Entonces Teresa se giró hacia mí de nuevo- Esto es todo lo que tenía que decir. Podéis marcharos-y dicho nos dio la espalda y se fue por el pequeño pasillo.
Luke y yo salimos de la casa con dolor de cabeza. Luke por la experiencia en el bosque y yo por la bronca de Teresa. ¡Ni que fuera mi madre!
-Mira Luke-le dije al rubio- Yo no puedo con esta mujer. ¡Me tiene manía!
-No te digo que no-me respondió con una pequeña sonrisa- Manía te tiene pero debes intentar por lo menos no discutir con ella- entonces Luke me cogió del hombro para que le mirara- Hazle un poco la pelota. Le gusta que le digan piropos.
-¿Piropos?-le pregunté incrédula- ¿Es que ese...ser abominable tiene sentimientos? Porque hasta ahora yo no se los he visto.
-No la tomes tú tampoco con ella. No te pongas a su nivel-me recomendó Luke- Eso es caer muy bajo y tú no eres así.
Llegamos a una placita que había escondida en el pueblo. Tenía un pequeño pero bonito pozo y un “banco”, si se le podía llamar así, frente a una pared llena de musgo.
-Vaya Luke-le dije sorprendida- No hace nada que nos conocemos y osas decir que me conoces perfectamente- nos sentamos los dos en el banco- Ya están empezando a aparecer las estrellas.
-Ajá-afirmó Luke- Esa es la Osa Mayor-dijo mientras me iba indicando con el dedo- Y aquella estrella que brilla tanto en realidad no es una estrella. Se trata de Venus.
-Vaya. No sabía que te gustara la astronomía-le dije acercándome un poco más- Tú me conoces perfectamente pero yo no sé mucho de ti.
-Conocerte es fácil-me dijo- Casi no recuerdas nada de tu pasado-la sonrisa se fue esfumando de mi cara. No me gustaba recordar que tenía amnesia. Luke se dio cuenta- Lo siento, no quería decir eso-intentó arreglar Luke pero no sirvió para nada- ¿Me perdonas?-me suplicó haciendo pucheros y mirándome a los ojos con ternura.
-Quita esa carita-le dije divertida- Sabes que no puedo decir nunca que no.
-¿Entonces me perdonas?-me preguntó de nuevo.
-Pues claro que sí tonto-le dije dándole un pequeño empujón- Vamos que nos desviamos del tema. Háblame un poco de ti-al ver que no sabía por dónde empezar le especifiqué un poco más- Tus gustos, aficiones...
-Ahhh-me dijo dándose cuenta- Pues me gusta andar por el bosque. Es una pena que no se pueda salir de noche porque tendría que ser precioso con todas estas estrellas-de repente se giró hacia mí- Si alguna vez desaparecen las sombras tú serás la primera persona con la que de un paseo nocturno. Te lo prometo.
-Gracias Luke-le dije envolviendolo en un gran abrazo fraternal- Si pasa alguna vez, y yo sigo viva, te prometo que estaré encantada de acompañarte.
Luke comenzó a hacerme cosquillas y yo tenía muchas. Otra de las cosas que sabía de mí.
-Por favor para-comencé a balbucear entre risas- Te lo suplico- los dos nos destornillábamos de risa pero se despistó un momento y ahora era yo la que le hacía cosquillas- Ahora quien es la jefa, ¿eh?
Entonces escuchamos un sonido y nos separamos de inmediato. Una sombra apareció en uno de los muros de la casa. Alguien se acercaba.
-¿Qué hacéis vosotros dos aquí?-preguntó Nancy apareciendo colgada del brazo de George. Este me miraba con los ojos llenos de furia.
-Nada-dijo Luke sin darle importancia- Lara se escapó del pueblo y me la encontré en el bosque. Cuando volvimos Tess le echó una bronca-dijo con una carcajada- Estamos descansando un poco hasta que se nos vaya este dolor de cabeza.
-¿Cuánto ha durado la bronca esta vez?-le preguntó curiosa Nancy.
-Una hora y media-le respondió Luke- Casi hemos estado a punto de superar el récord de Mike-dijo con una sonrisa pícara. Luke siempre sonreía y eso me hacía sentir segura. Las murallas nos salvan de las sombras pero, ¿qué me salva de lo que hay o, más bien, de quién hay dentro de estas?
-Siempre la liais, ¿eh?-nos dijo Nancy entre risas-Nosotros estábamos paseando por aquí cuando escuchamos unas ensordecedoras carcajadas y decimos mirar de dónde procedían.
-La curiosidad mató al gato, prima-le respondió Luke con picardía. Y tanto que podía matar. Esta tarde Luke casi muere por espiar a los encapuchados. Me negaba a creerlo pero había sido demasiado real.
-Tú y tus refranes, Luke- declaró Nancy mientras meneaba la cabeza con sorna- Cada día te pareces más a la abuela Lilly.
-Es lo que tiene vivir con ella-le respondió de igual manera el rubio- Bueno, será mejor que nos vayamos yendo a casa. Con la regañina de Tess todavía  no hemos cenado.
-Entonces será mejor que os dejemos-dijo George como si nada pero sin despegar su mirada de mí- Buenas noches-y se fueron los dos por donde habían venido.
-Dios-maldijo Luke- Mira, porque estaba Nancy si no…-empezó a decir apretando los puños- Te juro que le hubiese dejado la cara de tal forma que nadie lo reconocería. Es que no se puede ser más hijo de p…
-No lo digas- le corté antes de que terminara- Vamos a tener que lavarte la boca con jabón. Últimamente dices muchas palabrotas.
-Te recuerdo que no eres mi madre- me dijo molesto- ¡Ni mi abuela!- recalcó el chaval.
-Vale, vale, no me pegues- le dije quitándole importancia.
De repente, mi estómago sonó y Luke me miró con esa sonrisa de medio lado que me gustaba tanto.
-Creo que tu estómago tiene hambre- me dijo risueño- Será mejor que vayamos a casa. Ya sabes cómo se pone la abuela con respecto a las comidas-y se levantó ofreciéndome la mano para ayudarme a levantarme.
Cogí su mano y partimos de nuevo hacia la casa. Nos encontramos con las gemelas y los gemelos jugando en la plaza frente a la casa de la abuela Lilly. Jugaban a tirar unas piedrecitas en un cubo oxidado que estaba a unos metros de ellos. Lora acaba de colar su piedrecita y estaba saltando de alegría y haciéndole burlas a Matt. Entonces empezaron a perseguirse los unos a los otros y me entraron ganas de unirme a ellos pero me di cuenta de una cosa. Maya no estaba jugando, sino que estaba con una margarita sentada en un pequeño tocón. Parecía triste.
-Ve entrando a casa- le dije a Luke- Me voy a quedar un rato con Maya…Últimamente está rara.
-¿Seguro que no quieres que me quede?- me pregunta insistente.
-No hace falta. Además, las chicas nos sentimos más seguras hablando con chicas-le digo.
-Será que es que no os entendemos. La verdad es que sois demasiado bipolares- me responde- Que si estoy triste, que si estoy contenta, que si estoy enamorada…
-Perdona pero te equivocas- le digo molesta- El problema es que sois demasiado estúpidos para entendernos. Anda, entra en casa y dile a la abuelita que me guarde algo para cenar.
-Lo que usted diga, señorita- me dijo mientras me hacía una gran reverencia y después se fue.
Me acerqué hacia Maya. Estaba un poco blanca y me preocupaba que pudiera estar enferma ya que estos últimos días no comía demasiado.
-Hola Maya- le pregunté. Ella levantó la cabeza para mirarme y me saludo con la mano- ¿Por qué no estás con tus hermanos? ¿No te sientes bien?
-No es eso- me dijo- Es que…me da vergüenza decirlo- me confiesa mirando al suelo avergonzada.
-No tengas vergüenza- le intento convencer- Además, cuando alguien tiene algo que le preocupa lo mejor es contarlo.
Maya volvió a mirarme a los ojos pero no se sentía segura de contármelo. Se le notaba en la cara.
-Maya. No hace falta que me lo cuentes. Piénsatelo, ¿vale?- le digo- Si decides que quieres contármelo ya sabes dónde estoy.
La chiquilla se levantó del tocón y me dio un abrazo. Estaba tan sorprendida por su reacción que no me había dado cuenta de que me estaba mirando con aquellos ojos azules tan dulces.
-Gracias, Lara- me dijo con una sonrisa- No te preocupes, te lo contaré. Dentro de poco, pero no ahora- y volvió con sus hermanos.

-¿Vienes, Lara?- me gritó de repente Luke desde la puerta de la casa.
Solo con atravesar el umbral de la puerta me llegó el rico olor a carne asada con verduras. Ahora que me daba cuenta tenía mucha hambre y casi me dirigí corriendo hasta la mesa. Para mi grata sorpresa, George se encontraba sentado en la mesa justo al lado de la única silla que quedaba libre.
-¡LARA!-me gritó la abuela Lilly cabreada- ¡Siéntate ahora mismo! La comida ya estará fría y la gente tiene hambre.
-No hace falta que me esperéis para comer-le dije quitándole un poco de importancia.
-¡Claro que hace falta!-siguió diciendo Lilly- Somos personas civilizadas no animales, y las personas civilizadas esperan a que estén sentados todos los comensales antes de comenzar a comer.
-Lo que usted diga, Lilly- le respondí un poco de mala gana y me senté en la silla.
La abuela bendijo la mesa y todos comenzamos a comer con ansias. A Luke y a Mike casi ni se les veían las manos de lo rápido que se llevaban la carne a la boca. La abuela decía que éramos personas civilizadas pero a la hora de comer éramos totalmente animales. Aún así había un ambiente incómodo entre los comensales. Luke solo miraba su plato y cada vez que levantaba la vista era para darle una mirada asesina a George. La abuela Lilly ni siquiera hacía eso. Mike, seguía contando su jornada en los establos con la boca llena, como siempre. En cambio Nancy se notaba que era la que más confundida estaba.
-Abuela, ¿Por qué no están los gemelos?– pregunté intentando cambiar de tema- Hoy no están cenando con nosotros.
-Tardábais tanto que han cenado antes- me respondió la abuela cabreada- Además, un pajarito me ha contado que te has saltado el trabajo por la tarde.
-Pues antes hemos visto a Lara y Luke sentados en el callejón detrás de la taberna- dijo George con mala idea y una sonrisa de medio lado en la cara- ¿Verdad que sí, querida?- preguntó dirigiéndose hacia su prometida.
Nancy no contestó pero, como no, tuvo que saltar la abuela:
-¡¿CÓMO PODÉIS SER TAN IRRESPONSABLES?!-nos gritó la abuela casi echando humo- Lara, entiendo que todo esto es nuevo para ti, pero si te saltas el trabajo te van a echar.
-Trabajar, trabajar, trabajar...-comencé a decir- ¡Lo que pasa es que Teresa no me quería aquí y me tuvo que dar el peor trabajo del pueblo! ¿Es que no puedo dar mi opinión al respecto?
-Lara, sabes que estoy de tu parte, pero aquí Tessa es superior a ti y tienes que asimilarlo-me dijo Luke un poco arisco- Ya te dije que no debes meterte en líos en este sitio.

-Creo que es el mejor momento para recordarte que al final del año siempre solemos sacrificar a alguien- habló George con malicia- Y las sombras prefieren chicas jóvenes y guapas-dijo rozándome el brazo disimuladamente. Yo me aparté lo más disimuladamente posible pero, por desgracia, mi gesto se notó demasiado.

-No la toques-soltó Luke tirando la silla al suelo.

-¿Qué pasa, rubito?-le preguntó George levantándose también de su asiento-¿Le he hecho algo malo a tu novia?-siguió encarando a Luke, pero, antes incluso de que terminara la pregunta Luke ya se había abalanzado sobre él.

Comenzaron a rodar por el pequeño comedor dándose golpes y puñetazos por todo el cuerpo. Nancy se acercó a separarlos, pero en su intentó la golpearon haciendo que cayera al suelo llorando. La abuela Lilly lanzó un grito pero los dos muchachos que se peleaban como animales en el suelo ni siquiera se inmutaron y siguieron golpeándose.

Entonces me di cuenta de que el joven Mike me miraba como pidiendo ayuda para pararlos así que asentí con mi cabeza dando mi aprobación y nos dirigimos a separarlos.

Me acerqué hacia Luke e intenté cogerle por detrás pero él me quitó con un golpetazo en la cara de su camino. Sentí que algo caliente me surcaba el labio superior y, llevándome una mano a la cara descubrí que era sangre. Luke me había reventado la nariz.

De repente, Luke me miró y se dio cuenta de lo que había hecho y se dirigió corriendo hacia mi lado, dándole tiempo a Mike para coger George por los brazos.

-Lara yo...Lo siento mucho-dijo con en voz baja y entrecortada- Te juro que no era mi intención, pero no podía seguir soportando que te hablara y tocara de esa forma y que nadie hiciera nada al respecto-continuó mientras me acariciaba tiernamente mi mejilla.

-No te preocupes-le contesté apartándole la mano- No voy a morir por una pequeña hemorragia en la nariz.

-¡Esto ya es el colmo!-se escuchó de repente el grito de Lilly-¡No voy a consentir que dos muchachos luchen como lobos en el interior de mi casa y menos durante la cena!-entonces dirigió su dura mirada hacia George- George, aunque ya tengas veintitrés años, hasta que te cases vivirás bajo el techo de tu padre, así que hablaré con él sobre este incidente. Conociéndolo, va a ser una conversación muy interesantes- entonces se giró hacia nuestra dirección y enfocó su mirada en Luke- En cuanto a tí jovencito hablaré con Tessa en cuanto a tu trabajo. Creo que el andar tanto por el bosque te ha vuelto demasiado salvaje-y dicho esto se fue hacia su habitación.

Tras la salida de la abuela Lilly la habitación quedó sumida durante varios minutos en un silencio profundo como si de un entierro se tratara.

-George...Creo que deberías irte- dijo Nancy rompiendo la calma -Te veré mañana por la mañana- le dio un beso y se fue por las escaleras.

George recorrió con una atenta mirada toda la habitación, como si quisiera quedarse con cada uno de los detalles de la escena. Antes atravesar el umbral de la casa su amenazadores ojos se posaron por un momento en mi rostro. Tanto él como yo sabíamos que esta lucha no había acabado...todavía.

- Me voy a mi cuarto - dijo Luke sin dejar de mirar la puerta de entrada- No tengo ganas de estar despierto. Mike, vamos a arriba - dijo dirigiéndose a su hermano al pie de las escaleras-¡¿No me has oído?!- le gritó cabreado de nuevo. Mike no tardó en salir corriendo detrás de él.

Me quedé sentada en una de las sillas por unos minutos que podrían haber sido horas. Estaba preocupada por lo que acababa de ocurrido en aquella sala.La manera en la que actuó Luke con su hermano...No era normal en él.

Por fin decidí marcharme a la cama. Nancy ya estaba tumbada en la suya y la luna reflejaba su sereno rostro sumido por el sueño. Había estado llorando.


viernes, 24 de agosto de 2012

SORRY :(

Bueno.....Much@s os preguntaréis, ¿qué ha sido de Tere? 

Resulta que estoy de vacaciones como muchos de vosotros seguro que estáis, pero el Internet en mi "casita de verano" va muy muy muy lento y falla demasiado con lo que no puedo subir ni reseñas, ni historias....

Cuando vuelva a la normalidad intentaré ponerme las pilas antes de empezar con el instituto, las tareas, los exámenes y todo lo demás.

Esta entrada la estoy escribiendo con el móvil así que ya veis lo mal que está la cosa XD

Solo quería avisar el por qué el blog está abandonadillo y avisar que pronto volveré a la carga con más capítulos y reseñas :3

Pues solo era eso. Disfrutad, los que podáis, de lo que queda de verano!!


viernes, 29 de junio de 2012

Sombras. Capítulo 4


Capítulo 4

Lo que oculta el bosque

Después de hablar con Lilly me fui fuera. No al pueblo, sino que me dirigí al bosque. Desde que había llegado a aquel pueblo no había vuelto a traspasar la muralla de madera que lo rodeaba.

Sabía que ya había llegado la hora de volver al trabajo pero no creo ni que se den cuenta de que no estaba así que crucé la gran puerta de madera que daba hacia el “bosque encantado” como solía llamarlo.

Desde que Lilly me contó la historia de las sombras me ha entrado una curiosidad increíble de ver alguna en persona. En realidad los llamaban seres sin rostro porque no podías verlas. Quien las viera o moría o se volvía loco y por eso mismo los del pueblo decían que no tenían rostro, ya que no lo habían visto nunca.

Comencé a correr entre los árboles como si fuera una niña pequeña que teme perderse. Aquel bosque era hermoso. Los árboles eran tan altos que perdías la vista mirando hacia arriba. Todo era verde y la luz del sol se filtraba entre las hojas de los altos robles.

Vi una ardilla que subió corriendo a un árbol que estaba a mi izquierda y luego noté que algo me rozaba las piernas. Cuando bajé la vista me di cuenta de que era un conejito blanco. Tenía los ojos rojitos y era tan blanco como la nieve, un albino. Me acerqué a acariciarlo cuando, segundos después, apareció una flecha de la nada que mató al conejito en el acto.



Mis ojos sin quererlo comenzaron a inundarse de lágrimas. El pelaje de aquel conejillo pasó de ser totalmente blanco a teñirse de rojo carmesí con su propia sangre. Sus ojitos rojos ya no me miraban. Cualquier rastro de vida había desaparecido de aquel inocente animal.

Entonces, justo en frente de mí, un arbusto comenzó a moverse dándome la señal de que detrás se encontraba la persona que había disparado al conejo. Me puse en guardia y saqué el cuchillo que había cogido de la cocina sin que Lilly se enterase. Entonces vi el resplandor de un pelo rubio y supe enseguida de quien se trataba.

-¡¡¡Luke!!!-le grité cabreada- ¿Sabes el susto que me has dado?-le recriminé tocándome el pecho todavía agitada.

-Perdona Lara-me dijo mientras volvía a colocar el arco en su espalda-Es que no he tenido un día bueno de caza y he visto al conejo tan quieto que no podía desaprovechar la oportunidad-entonces levantó más el rostro y se dio cuenta de las lágrimas de mis ojos-¿Has estado llorando?

-Si-le dije un poco avergonzada- Es que ese conejito era tan mono-y dicho esto otra lágrima rodó por mi mejilla-Estaba a punto de acariciarlo.

-Yo…lo siento mucho Lara. No era mi intención-me dijo con un tono triste en la voz. Entonces se acercó más a mí y me limpió la lágrima con uno de sus dedos-No quiero que llores pero de todas formas lo de llorar te lo preguntaba porque tienes los ojos muy rojos y no creo que hayas llorado tanto por el conejo.

-No, Luky-le dije intentando disimular mi tristeza al recordar el por qué había llorado tanto antes de entrar en el bosque- Solo ha sido la tontería del conejo, nada más.

-Me estás mintiendo-me dijo Luke con un tono divertido- Se te nota en la cara. Anda. Siéntate en las rodillitas del tito Luke y cuéntale que te ha pasado-entonces se sentó en una roca con un poco de musgo que había cerca de un árbol y me cogió por detrás sentándome encima de sus rodillas. Me sentía un poco estúpida pero ese gesto hizo que se me escapara una sonrisa.

-No te lo puedo decir-le digo mirándo a un árbol que hay justo delante de mí. Había dos pájaros haciendo un nido en una de las ramas. Parecían tranquilos y felices. ¿Ellos no temían a las sombras?

Entonces sentí que Luke apoyaba la cara en el hueco de mi cuello. No decía nada. Estaba mirando la misma rama que yo miraba. Entonces lo que dijo me sorprendió mucho más:

-Ya sé lo que pasa-hizo una pequeña pausa-Por favor, dime que ese asqueroso y repulsivo de George no te ha puesto las manos encima.

-¿Có-co-como lo sabes?-le pregunté titubeando un poco.

-Porque sabía que en cuanto te viera lo iba a hacer-dijo enfurecido-Lo voy a matar- entonces me sentó de forma que pudiera verle la cara-¿Te ha…ya sabes…?

-No, no ha llegado a violarme-le dije apartando la mirada de su rostro-Puedes decirlo, no hay nadie por aquí.

-¿No ha llegado a hacerte suya?-me dijo extrañado. Entonces me miró con temor-¿Qué has hecho Lara?

-Le di una patada en sus partes-le dije sin rodeos.

Luke me miraba con una mezcla entre miedo y enfado. Se levantó de un golpe de la roca casi tirándome contra el suelo. Se apoyó en un árbol y se quedó allí durante algunos segundos. Entonces dijo:

-¿Sabes en que lío te has metido?-me dijo enfadado.

-Sí, lo sé-le respondí mirando su espalda-Lilly me lo ha dicho.

-¿Sabes que no dejaré que te hagan nada, verdad?-me preguntó sin todavía mirarme a la cara. Luke se giró y volvió a acercarse a mí, me cogió las manos y me miró a los ojos- No puedo perderte como pasó con mi hermana.

-¿La chica que sacrificaron el año pasado era tu hermana?-le pregunté casi susurrando y desviando mi mirada. Él solo asintió triste como si estuviera recordando-¿Entonces Lilly es tu tía abuela?

-Ajá-afirmó el dirigiéndome una pequeña sonrisa-Lilly es la abuela de Nancy, las gemelas y los gemelos. Su hermano, que en paz descanse, era nuestro abuelito Cristopher.

Cuando él paró de hablar volvió a mirar la rama en donde estaban los pájaros construyendo su nido. Ahora estaban los dos quietos. Cerré los ojos y pude escuchar su suave canto. Parecían como si nos estuvieran susurrando algo.



-Parecen tan tranquilos e inocentes-dijo de repente Luke-Me gustaría ser un pájaro. Ellos viven en la ignorancia. No conocen el peligro de las sombras. Pueden ir a donde quieran y no como nosotros que vivimos enjaulados en un pueblucho.

-Yo solo llevo dos semanas y he tenido que salir de allí-le dije divertida-Creo que tengo claustrofobia-continué riendo.

-Hablando del pueblo-comenzó a decirme Luke-¿Por qué te has alejado tanto de las murallas?

-¿¡Alejarme demasiado?!-exclamé sorprendida-Pero si no he estado ni media hora fuera.

-¿Te has dado cuenta que estamos a dos horas del pueblo?-me preguntó preocupado-¿Seguro que estás bien Lara?

Ahora que miraba el cielo me di cuenta que el sol estaba mucho más bajo que cuando salí hacia el bosque. Aunque no quería, tuve que empezar a creer lo que me estaba diciendo Luke. ¿Había estado tan despistada de no darme cuenta de la hora?

-Ahora que me acuerdo. ¿No tenías que volver a los campos después de comer?-me recordó Luke con su típica sonrisa torcida de “te vas a meter en problemas y yo me voy a reír”

-Madre mia, madre mia...-empecé a decir preocupada y agarrándome la cabeza con las manos-¡Cómo se entere Teresa estaré condenada al sacrifico seguro!

-Tranquila Lara. No te sulfures-intentó calmarme el rubio- Ya te he dicho que no dejaré que te hagan nada. Aunque tienes que empezarte a llevar bien con Teresa. Con George ya tienes suficiente-me aconsejó-Y ahora será mejor que volvamos al pueblo. No quedan muchas horas de luz.

De repente escuché un sonido lejano. Era el sonido de pisadas, muchas pisadas. Luke también lo escuchó y me puso detrás de él con aire sopreprotector. Hizo un gesto de silencio con el dedo y comenzamos a avanzar hacia el lugar de dónde provenía el sonido.

Estaba asustada. ¿Y si era una manada de lobos? ¿Y si eran un grupo de jabalíes rabiosos? ¿Y si era cualquier grupo de animales asesinos? Pero lo que nos encontramos detrás del arbusto no nos lo esperábamos para nada.

Había varias siluetas negras esparcidas por aquel pequeño prado. Parecían personas. Una de ellas acababa de encender un fuego que cada vez aumentaba más de tamaño. Se podían escuchar algunos susurros. ¿Qué estarían diciendo?

De repente escuché que Luke balbuceó algo y paró de moverse por completo. Entonces me tomó de la mano y comenzó a apretármela cada vez más. Me estaba comenzando a doler demasiado. Tenía la mano blanca. Pocos segundos más tarde ya no soportaba el dolor e intenté apartar la mano pero no podía.

-Luke…entiendo que estés asustado pero por favor…suéltame la mano. Me estás haciendo daño-le dije intentando apartar la mano. Luke no quería soltarme y me di cuenta de que no paraba de mirar hacia las personas de la hoguera-Luke, respóndeme. ¿Estás bien?-le pregunté preocupada. Luke seguía sin contestar y seguía sin moverse. Al ver que seguía sin hacerme caso lo cogí de la camiseta con la otra mano y le di la vuelta para poder verle el rostro.

Un chillido se quedó encajado en mi garganta sin poder salir. Los ojos de Luke estaban completamente blancos. No tenían iris, ni pupila y eso no era normal. Comencé a zarandearlo con cuidado pero nada cambiaba. Luke seguía en el mismo estado. Seguí zarandeándolo cada vez más fuerte pero seguía sin reaccionar. Mi vista comenzaba a nublarse a causa de las lágrimas que empezaban a manar de mis ojos. Lo peor de todo es que no podía decir nada ya que no podía dejar que aquellas personas, siluetas o lo que sean que eran me descubrieran. ¿Habían hecho ellas algo para que Luke estuviese en ese estado?

No podía aguantarlo más y abracé a Luke. Aunque no estuviera consciente era el hombro más cercano en dónde llorar y tenía que desahogarme con algo. Lloré durante varios minutos sin descanso. Lloré por todo. Por Luke, por lo que George estuvo a punto de hacerme, por miedo a ser sacrificada, por estar encerrada en aquel extraño mundo. ¿Qué había hecho yo para que me pasara todo aquello?

Tenía miedo de mirar hacia donde había estado mirando Luke ya que no sabía el por qué estaba así. Me di cuenta de que quedaba solo una hora de luz o incluso menos. Las siluetas no habían hecho nada nuevo. Hablaban demasiado bajo para que entendiera lo que decían y no podía vislumbrar sus rostros. ¿Qué estarían haciendo allí? ¿Por qué iban a acampar allí? ¿No sabían de la existencia de las sombras?

Ante la desesperación, intenté cargar el cuerpo de Luke pero pesaba demasiado para mí. Yo estaba muy delgada y desde que estaba trabajando en el campo me dolía todo el cuerpo. ¿Qué podía hacer?
En uno de mis mil intentos para intentar levantarlo y desplazarlo unos metros Luke comenzó a convulsionar. Eso era demasiado raro pero me alegraba ya que por lo menos había reaccionado. Hubo momentos en que creía que estaba muerto.

-Luke- le susurré lo más flojo posible-Despierta Luke. ¿Qué te está pasando?-no pude evitarlo y comencé otra vez a llorar. Lo tumbé en mi regazo. Desde que había empezado a convulsionar su cara transmitía dolor. Era como si estuviera teniendo pesadillas. Por más que lo intentaba no podía despertarlo y tampoco paraba de llorar, pero cuando una de mis lágrimas calló sobre su bonita cara Luke abrió los ojos.

-¡¡LUKE!!-exclamé feliz-Creía que te había perdido-entonces paré de hablar esperando alguna respuesta de su parte pero su respuesta no llegaba-Luke…¿Me escuchas?

Luke giró su cabeza y me miró a la cara. Entonces comenzó a balbucear unas extrañas palabras:

Las almas en peligro
con una mirada están.
Ten cuidado con los rostros oscuros,
pues pueden llegar a matar
Locura, locura, locura
¿Hasta dónde pueden llegar?
Corre hasta un lugar seguro
pues tras de ti están.

Esas palabras me sonaban demasiado. Ya las había escuchado antes pero, ¿en dónde?

El iris de Luke, tras decir aquellas palabras, volvió a sus blancos ojos. Me miró agitado. Estaba sudando y tenía los pelos pegados en la frente y la nuca. Era como si acabara de correr 10 km a máxima velocidad cuando lo único que había hecho era decir unas palabras. ¿Tanto trabajo le había costado?

-Lara-me dijo preocupado-¿Qué me ha pasado? Me duele mucho la cabeza y…-se tocó la nuca y restiró la mano un poco asqueado-¿Por qué estoy sudando tanto?

-No lo sé, Luky-le dije llorando de alegría-Me alegra que estés otra vez entre nosotros. Por un momento pensé que te había poseído un demonio y…-comencé a llorar más fuerte.

-No llores Lara…por favor-dijo limpiándome uno de mis lagrimones-Creía que eras una mujer dura pero últimamente lloras muy a menudo-y comenzó a reírse-Por cierto… ¿Qué hora es?

-Pues, si te soy sincera…No tengo ni idea-le susurré riéndome un poco-Pero, ¿de verdad preguntas eso después de lo que te ha pasado?

-Te recuerdo que en este bosque la hora es muy importante-me recordó Luke como si fuera mi padre-Y te he preguntado antes que qué me había pasado y todavía no me has respondido.

-Mejor te lo cuento por el camino-le dije mientras lo cogía de la mano-Será mejor que dejemos a los forasteros acampar tranquilos.

-Lara…¿Qué forasteros?-me preguntó Luke confundido.

-Pues los que estaban acampando en el claro…-comencé a decir señalando hacia los arbustos, pero me di cuenta de que ya no estaban. No había ni rastro de ellos. ¡Ni si quieran quedaban las cenizas del fuego! ¿Qué había pasado?¿Me estaba volviendo loca?

-Lara…creo que lo de George te ha dejado un poco tocada-me dijo con un poco serio y preocupado-Ahora nos vamos a ir al poblado y vamos a tener que correr bastante porque queda menos de una hora de luz. Nuestra única preocupación en estos momentos es llegar sanos y salvos a las murallas. ¿De acuerdo?

Yo solo asentí y cogí su mano con fuerza. Él comenzó a arrastrarme de aquel lugar lo más rápido posible. Algo me decía que todo lo que habíamos vivido no eran imaginaciones mías pero, ¿a dónde habían ido aquellas personas? ¿Cómo habían podido irse sin que me diera cuenta y borrar todo rastro de su paso por aquel claro? La verdad es que estaba comenzando a creer en lo que Luke me había dicho. Lo que me había pasado con George me estaba afectando demasiado.

jueves, 21 de junio de 2012

Reseña Divergente *_*



DESCRIPCIÓN:

TÍTULO: Divergente

AUTOR: Veronica Roth

EDITORIAL: Molino

Nº DE PÁGINAS: 365 en e-book

PRECIO APROXIMADO: 17,99 € en papel y 9'99€ en e-book

SINOPSIS:
En el Chicago distópico de BeatricePrior, la sociedad está dividida en cinco facciones, cada una de ellas dedicada a cultivar una virtud concreta: Sinceridad (los sinceros), Abnegación (losaltruistas), Intrepidez (los valientes), Cordialidad (los pacíficos) y Sabiduría (los inteligentes). En una ceremonia anual, todos los chicos de dieciseis años deben decidir a qué facción dedicarán el resto de sus vidas. Beatrice tiene que elegir entre quedarse con su familia o ser quien realmente es, no puede tener ambas cosas. así que toma una decisión que sorprenderá a todo el mundo, incluida ella.Durante el competitivo proceso de iniciación posterior, Beatrice decide pasar a llamarse Tris e intenta averiguar quiénes son sus verdaderos amigos, y dónde encaja en su vida enamorarse de un chico que unas veces resulta fascinante y otras la exaspera. Sin embargo, Tris también tiene un secreto, algo que no ha contado a nadie para no poner su vida en peligro. Cuando descubre un conflicto que amenaza con desbaratar la, en apariencia, perfecta sociedad en la que vive, también averigua que su secreto podría ser la clave para salvar a los que ama o… para acabar muerta.

OPINIÓN:
La sociedad está dividida en 5 grandes grupos. Cuando un chico/a cumple los 16 años tiene que elegir uno y esa decisión es para toda la vida, nunca se puede cambiar.

Beatrice nació en una familia de Abnegación. Los de Abnegación solo piensan favorecer y ayudar a los demás y nunca a ellos mismos. A Beatrice siempre le ha parecido una vida aburrida pero ella la acepta sin más. El problema llega cuando hace una prueba en la que descubre cual es la mejor facción para ella y el resultado que obtiene es: DIVERGENCIA. Esto significa que vale para varias facciones y no lo solo para una. Su examinadora le advierte que no puede decir esto a nadie ya que es muy peligroso.

Gracias a este resultado, Beatrice no sabe que facción elegir y en el último momento, en la ceremonia de elección, elige Intrepidez en vez de Abnegación, como todo el mundo esperaba que eligiese. Además su único hermano, Caleb, también cambia de Facción, es decir, que dejan a sus padres totalmente solos.

Pocas horas después, Beatrice se arrepiente de su elección por la dureza de las Pruebas de Iniciación. Tiene que pelear, superar sus peores miedos e incluso está varias veces al borde de la muerte. Pero, en este proceso conoce a Cuatro, un misterioso y guapo chico que es...su instructor. También conoce a sus amigos y a los que serían sus enemigos en esta lucha pero los papeles siempre se pueden invertir.

VALORACIÓN:
*****
Bueno....este libro es....asdfadjflasjdflasjfñlajdslfjasldfjsldfjsalkfdj. No tiene palabras para describirlo. Primer factor por el que me ha encantado: es una distopía total segundo factor: Cuatro ha entrado dentro de mis amores ficticios tercer factor: SIMPLEMENTE ME HA ENCANTADO!

Es un libro que se lee rápido (yo tardé dos días) y engancha desde el principio. Me encanta el personaje de Tris (Beatrice) y a mí no me suelen gustar las protagonistas femeninas desde el principio. Es una chica fuerte que ha nacido en una vida aburrida y que no era para ella. Para mí la Abnegación es la peor de todas las vidas además de Intepridez que hace que tu vida sea demasiado corta por las locuras que hacen.

Es un libro en el que te pones en la piel de la protagonista. A ella le dan la noticia de que es Divergente y esto puede meterla en muchos problemas (y la meten, os lo aseguro). Ella, aún sabiendo que su hermano se va de Abnegación y va a dejar a sus padres solos, elige Intrepidez una facción la verdad un poco bestia. ¿Par que sirve entrar y salir de un tren en movimiento?

Cuando llega al lugar en donde viven los Intrepidez tiene que enfrentarse a una serie de "seguras" pruebas de iniciación. Se pelean hasta casi matarse entre ellos, te someten a simulaciones de tus peores miedos y encima  quienes no queden de los 10 primeros se convertirán en Sin Facción que son los que en la sociedad actual serían los pobres y sin casa. Allí conoce a los que serían sus amigos o eso creía. Pero también conoce a otras personas que eran capaces de matar por estar entre los 10 primeros puestos.

Pero, lo que más me ha gustado de todo el libro es CUATRO, el instructor. ADORO A CUATRO. Me enamoré de él desde el primer momento en el que sale en el libro ayudando a Tris a levantarse. Es el típico chico guapo, misterioso y bueno....mi prototipo de chico ideal *__* Además cuanto más avanza el libro más me gustaba. Es un personaje sorprendente ya que la historia que le rodea es increíble y misteriosa.

En este libro también acabas odiando a ciertos personajes que no voy a nombrar porque sino haría demasiado spoiler y no quiero quitaros las sorpresas si queréis leerlo :3

En conclusión, este libro se ha convertido en una de mis sagas favoritas. Hay un segundo libro que salió, creo, que Estados Unidos en mayo así que ahora lo espero con ansias aquí en España (tengo que aprender a leer en ingles solo para leer las continuaciones de las sagas antes de tiempo)

VALORACIÓN FINAL : 5/5













lunes, 18 de junio de 2012

El lado oscuro del cielo. Capítulo 11


Capítulo 11
¿Sueño o visión?
(contado por Mara)

Estaba en una habitación. Era grande y con columnas de mármol blanco. No estaba sola. Había gente vestida con túnicas blancas, bordadas con adornos azules,  dorados o magenta. Todos iban con sandalias romanas de esparto y las mujeres tenían peinados complicados y llenos de adornos brillantes. La gente pasaba de un lado para otro agitada y no se daban cuenta ni de mi existencia. Aquel era un lugar muy raro.



De repente me fijé en una bandeja color plata que reflejaba todo lo que había a su alrededor. Lo único que se me ocurrió fue acercarme a ella para ver mi aspecto. Tenía el pelo trenzado y peinado como las demás mujeres de la sala y estaba vestida con una túnica blanca como la nieve y con bordados color magenta. Tenía también en el brazo un brazalete bastante pesado. Estaba bastante guapa la verdad.


No sabía donde me encontraba. Parecía un gran y antiguo templo griego o romano, aunque ahora que me daba cuenta, parecía más un palacio por las mesas repletas de todo tipo de comida. Carnes, fruta, vino...Y la gente hablaba sin parar de sus asuntos. Parecía una fiesta.

Entonces apareció él. Su pelo rubio y sus expresivos ojos azules eran inconfundibles. Daniel iba vestido también con una túnica pero esta tenía menos bordados que la mía. Estaba en el centro de un corrillo de gente. Parece que no solo en mi instituto era el centro de atención.

Desvío la mirada de aquel corro y me encuentro con otro rostro conocido. Juan.

-Helena...Estás tan bella esta noche....-me dice suspirando e intentado coquetear conmigo. “Espera...Me ha llamado Helena”pensé yo. No le di importancia y casi sin pensarlo respondí a su saludo.
-Hola Héctor. Usted también está deslumbrante esta noche. Esa túnica le favorece mucho-dije yo también muy coqueta. Espera...¿Estaba coqueteando con Juan?

Alguien me golpeó el hombro y me encontré con...¿Francesco?

-Estoy de acuerdo con Héctor. Eres la mujer más hermosa de la sala. Sin duda alguna-dijo Francesco.

-No me digan esas cosas. No merezco que ustedes si quiera me dirijan la palabra. Son los sobrinos del emperador Augusto y yo solo soy la hija uno de uno de los miembros del Senado.

-Bueno, callemos un momento que llega el futuro rey de Roma-dijo en broma Juan/Héctor- ¿Cómo estás mi querido primo?-le saluda alegremente y dándole un gran abrazo- Hace tiempo que no te veo por estos lugares.

-Estoy muy ocupado-dice agotado- Nunca se sabe cuando mi padre puede dejarnos-gira la cabeza hacia la izquierda y de repente se da cuenta de mi existencia- No me había dado cuenta de que teníais tan buena compañía. Helena, estás preciosa.

-Ya se lo habíamos dicho nosotros, Julio-dice Francesco. De repente se gira y  mira hacia uno de los extremos de la sala y le da un pequeño codazo a Héctor/Juan para que le prestara atención- Mira hermano. Acaban de poner la carne. Creo que deberíamos ir antes de que se acabe.

-Tienes razón hermano-afirma divertido- Siento que tengamos que marchar pero la comida es la comida-y dicho esto se marchan los dos hacia la gran mesa del banquete.

Entonces Julio(Daniel) volvió a poner su atención en mí. La verdad es que, se pusiese lo que se pusiese, siempre estaba...encantador.

-¿Cómo está tu padre?-me pregunta serio.

-Sigue igual pero el médico dice que es normal-le digo casi a punto de llorar (¡a punto de llorar!)- Yo creo que no se recuperará- decía mientras Daniel/Julio me arrastraba  hacia una de las esquinas para pasar desapercibidos.

-Ni se te ocurra decir eso-dice mientras me coge de las manos y me mira fijamente- No puedes ser tan pesimista Helena.

-Pero si mi padre...muere nos quedaremos en la calle-le digo comenzando a llorar- Es él quien tiene la ciudadanía romana.

-Mira Helena...te lo llevo diciendo desde que enfermó-me dice abrazándome- Tú pronto te casarás conmigo. Me da igual lo que diga mi padre. Cuando estemos juntos ni tú ni tu madre se quedarán en la calle-Daniel me mira, acerca su rostro al mío y me besa. Un escalofrío recorre mi cuerpo de  la cabeza a los pies(para ser un sueño esto se sentía muy real). Sea la época que fuera Daniel besaba demasiado bien.

De repente sentí un gran temblor de tierra y Daniel y yo nos separamos bruscamente. Parecía una especie de terremoto y Daniel me miraba asustado.

-¿Qué ha sido eso?-le pregunté aterrada- ¿Eso ha sido un terremoto?

-No lo creo-me dice cogiéndome y arrastrándome del brazo-No te sueltes en ningún momento, te lo ruego.

De nuevo hubo otra réplica del temblor. Este todavía fue más fuerte que el anterior. Fue corto pero lo suficientemente largo como para que cundiera el pánico en la sala. Pero lo peor fue cuando una de las grandes y altas columnas de mármol se quebró y se derrumbó con un gran estruendo en el suelo. Aplastó a tres personas.

-Julio. Tengo miedo-le dije asustada- Salgamos de aquí por favor-y le abracé con fuerza con miedo a que si lo soltaba iba a perderlo para siempre. Enterré mi rostro en el hueco de su clavícula y comencé a llorar.

-Helena, por favor, mírame-me dijo cogiéndome el rostro con sus grandes manos y obligándome a mirarle a la cara- No te va a pasar nada-me dijo totalmente serio y seguro- A ti no.

-¿Cómo que a mí no?-le pregunté más asustada aún-Julio, dime lo que está pasando, por favor.

En ese momento llegan Juan/Héctor y Francesco corriendo hacia nosotros. Tienen la cara roja por el esfuerzo y su cuerpo brillaba a causa del sudor.

-¿Son ellos?-le pregunta Julio a sus primos. Estos afirman con la cabeza al mismo tiempo. Están totalmente exhaustos. Casi no podían ni hablar.

-Están viniendo hacia aquí-me mira y prosigue- Tenemos que esconderla.

-¡¿TE CREES QUE NO LO SÉ?! - exclama Julio desesperado- Puede que la pierda para siempre, ¿y me dices que la esconda?- me abraza más fuerte aún. Me estaba empezando a hacer daño- Lo único que podemos hacer es matar a esos desgraciados o por lo menos morir intentándolo.

El suelo comenzó a temblar otra vez. No quedaba nadie en el palacio exceptuando a nosotros cuatro. Todo estaba en silencio y de repente la pared norte comienza a quebrarse y se cae en pedazos. Se forma una gran y espesa nube de polvo blanquecino y lo único que podía vislumbrar era la silueta de tres personas.

Abracé fuertemente a Daniel/Julio y lo miré como si fuese la última vez que pudiese hacerlo. Nunca olvidaría esos grandes y expresivos ojos azules. Miré ahora a las otras dos personas que nos acompañaban. Estaban igual o más asustados que nosotros dos. Miraban la nube de polvo con miedo y con furia. Algo grande iba a pasar esa noche y yo, bueno, más bien Helena, no iba a superarlo jamás.

La nube comenzaba a dispersarse y las tres figuras comenzaron a avanzar hacia nosotros. Al ver sus rostros solo pude lanzar un grito.

Eras tres personas, dos chicos y una chica pero lo que más me sorprendió fue el rostro de la chica. ¡Era Ángela! Iba vestida con un vestido azul casi transparente que caía por los hombros. Iba descalza y tenía muchos brazaletes de oro. Tenía el mismo color de ojos y de pelo, solo que este era largo y rizado no como ahora que lo llevaba liso. La verdad es que parecía toda una diosa. Pero lo que más me sorprendió fue su expresión. Su rostro irradiaba diversión. ¡Se estaba 




A los otros dos chicos no los conocía pero uno de ellos, el que estaba situado en el medio, me llamó mucho la atención. Tenía el pecho al descubierto y se podían apreciar perfectamente su trabajada musculatura llena de cicatrices. Lo único que llevaba eran una especie de pantalones color blanco y una banda que llevaba colgada una gran y mortal espada. Lo que más me atraía eran sus ojos. Era moreno y tenía los ojos dorados. Me recordaba a la mirada de un león a punto de atacar. De repente me miró fijamente. Sus ojos irradiaban maldad pura. En ese mismo momento supe que se trataba del jefe.



El otro chico era el que menos me llamaba la atención. No asociaba su rostro a nadie y parecía, de entre los tres, el más normal y menos peligroso. Era pelirrojo y tenía los ojos verdes. Se estaba partiendo de risa. ¿Tan divertida era la situación?


Entonces el chico del medio, el de los ojos de león, dio un paso adelante.

-Cuanto tiempo sin vernos hermanos-dijo divertido- Veo que nos habéis ahorrado el trabajo y que nos traéis a la chica en bandeja de plata.

-No os la vais a llevar-dijo Juan/Héctor con furia- Esta vez no la vais a conseguir.

-Antes deberás pasar por encima de nuestros cadáveres-amenazó Francesco.

-¿Y eso es algún problema?-preguntó, para la sorpresa de todos, mi “amiga” Ángela- Siempre la hemos conseguido de ese modo, ¿no?

No me podía creer que Ángela dijera eso. Esa no era la Ángela que yo conocía. La amiga que yo conozco es simpática, graciosa y féliz. No puedes encontrar ni una pizca de maldad en ella. En cambio, esa chica era la maldad en persona. No podían ser la misma persona. ¡No podían serlo!

Entonces una sonora carcajada inunda el destruido salón. Todos nos giramos hacia el chico pelirrojo quien casi se cae al suelo de la risa.

-Siempre acabamos igual-comienza a decir el pelirrojo- Es un ciclo sin fin. ¿Todavía lo dudas Gabriel?

“Espera un momento....¿Gabriel?¿No se llamaba Julio?”comencé a pesar. Este sueño cada vez era más extraño. Primero todos los nombres están cambiados y ahora resulta que esos nombre cambiados no son los verdaderos. Me estoy empezando a mosquear.

-Calla Caín-le dice de repente el jefe- Deja a mis queridos hermanos que piensen lo que quieran. De todas formas sucederá de todos modos.

Mi “amiga” comienza a acercarse al jefe y comienza a mirarlo y tocarlo lujuriosamente.

-Para que retrasarlo más, Luci-le dice- Acabemos con ellos y cojamos a la chica. Me pido esta vez acabar con Gabriel.

“Luci” se la quita bruscamente de encima- Calla Lillith-le dice bruscamente- Todo debe ocurrir a su debido tiempo.

El suelo comienza a temblar otra vez y una gran y profunda brecha comienza a formarse en el suelo separándonos a Gabriel/Julio/Daniel (ya no se ni como llamarlo) y a mí de Francesco y Juan/Héctor.

Los tres chicos se miran como tramando algo y de repente, en las manos de Francesco, aparecen dos brillantes y afiladas espadas mientras que en las de Juan aparece un arco y una banda llena de flechas.

Casi en un abrir y cerrar de ojos aquello fue un caos. Francesco luchaba con sus dos espadas contra Caín y Juan luchaba a cuerpo a cuerpo con Lillith/Ángela y de vez en cuando intentaba acertarle con alguna flecha pero Lillith era rapidísima. Mientras que Juan/Hector estaba totalmente serio y concentrado en su combate Lillith sonría divertida y se reía de sus fallos.

Yo, en cambio, seguí abrazada a Daniel y de vez en cuando dejaba de mirar por miedo a le hirieran a cualquiera de los dos guerreros y cuando esto pasaba Daniel hacia que escondiera la cara en su hombro. Me sentía de la misma forma que cuando veía una película de miedo solo que esto era demasiado real para tomárselo de cachondeo.

-Bueno Daniel-de repente dijo Lucifer-Tienes dos opciones-dijo mientras se acercaba poco a poco hacia nosotros- Primera, entregarnos pacíficamente a la chica, cosa que dudo que harás, o luchar por ella-enumeró con los dedos divertido- De todas formas, para las dos opciones, tienes que soltar a la chica, ¿o piensas luchar con ella en medio?-le preguntó con una sonrisa irónica-No te lo recomendaría-dijo a menos de un metro de donde estábamos- Es demasiado hermosa y valiosa para que acabe...malherida-entonces acercó su mano a mi para acariciarme el rostro pero Daniel/Julio me apartó antes de que esto ocurriera.

-Ni se te ocurra pensar en tocarla-le amenazó Daniel- ¿No tienes suficiente con la lucha? ¿Con la guerra? ¿Con la muerte?

-Esas cosas son lo mejor de la vida-comenzó a decir Lucifer- ¿No te parece divertido ver a los humanos peleándose y matándose por tonterías? O si no, recuerda la Guerra de Troya. ¡Es uno de mis acontecimientos favoritos de la historia! Una chica llamada Helena hace luchar a dos grandes imperios causando la destrucción de una de las ciudades más importante de la historia. ¿Verdad Gabriel?¿O debería llamarte Paris?-comenzó a reirse a carcajada limpia. De repente, desenvainó la espada que llevaba colgada en la espalda y arremetió contra nosotros.

Daniel/Julio/Gabriel (ya no sabía ni como llamarlo) me aportó con un brusco empujón del camino de Lucifer y, antes de que Lucifer llegara a golpear a Daniel éste arremetió con una gran espada blanquecina que acaba de aparecer en sus manos. ¿Cómo demonios podían hacer eso?

Aquella lucha era increíble. Incluso se podría decir que era bella. Los movimientos parecían ensayados de lo precisos que eran. Los dos eran ágiles y había momentos en los que no sabía quien arremetía contra quién. Se esquivaban el uno al otro con elegancia y arremetían con fuerza. Si yo fuera la que luchaba contra alguno de ellos me hubiesen matado al primer espadazo. Soy mala jugando a cualquier deporte de pelota...¡Pues imaginaros con espadas!

Aquel combate estaba demasiado igualado así despegué la vista de él y la enfoqué en la de Francesco para ver como Caín le cortaba el cuello de un espadazo limpio. La sangre comenzó a manchar el impoluto blanco del mármol que recubría todo el suelo de la estancia. Las lágrimas inundaron mis ojos y tuve que apartar la mirada para no acercarme a recoger su cuerpo o parte de él. Su cabeza se encontraba a 5 metros de distancia y podía ver sus ojos abiertos, sin vida, mirando al vacío.

Miré hacia el otro combate que se debatía un poco más a la izquierda. Juan seguía luchando contra Ángela quien esquivaba todos sus golpes y flechas hasta que, sorprendentemente una flechad atravesó el pecho de Lillith. Esta cayó hacia atrás por el impacto y quedó de rodillas ante Juan/Héctor. Entonces de las manos de éste apareció una espada de fuego azul y estaba apuntando hacia Lillith pero justo cuando levantaba la espada para atacar una espada le atravesó el pecho de lado a lado. La sangre comenzó a manar de la herida mortal, abrió los ojos como platos por la impresión y cayó muerto al suelo ayudando a su compañero Francseco a teñir de rojo el suelo de mármol. Caín se encontraba detrás de él con la espada ensangrentada con la sangre de Juan.

Para mí esa imagen fue traumática ya que vi a mi amigo, a mi compañero desde infantil, al chico al que le he contado toda vida, muerto en el suelo con el corazón roto, literalmente.

Ya no sabía a dónde mirar así que volví la vista hacia Daniel y Lucifer. Seguían luchando y sin vacilar. Los dos estaban chorreando a sudor aunque no parecían cansados. Entonces los dos hicieron un giro extraño y se desplazaron hacia la izquierda. Los ojos de Daniel se fijaron en los cuerpos de Francesco y Juan/Héctor y su cara se puso blanca como la nieve. Sus ojos comenzaron a humedecerse y él cayó de espaldas al suelo. Comenzó a llorar y llorar y a mí se me encogió el corazón al verlo. Este espectáculo no duró mucho tiempo ya que Lucifer aprovechó la oportunidad y atravesó el pecho de Daniel matándolo en el acto.

Fue como si mi alma abandonara mi cuerpo y muriera con él. Ya nada tenía sentido en esa vida, ya no tenía a nadie.

Entonces Lucifer se acercó a mi cuerpo y me levantó en volandas. Comencé a dar pataletas intentando escapar de sus brazos pero él era demasiado fuerte y yo me sentía totalmente destrozada. Miré los rostros de los otros dos asesinos que había en la sala. Cain ya no se estaba riéndose pero tampoco es que sintiera pena por matar a dos personas. Lillith en cambio tenía una sonrisa en la cara aunque tuviese una herida de flecha en el pecho. ¿Es que no sentía dolor alguno?

Salimos de la sala a través del agujero que habían hecho atrás los cuerpos sin vida de mis amigos. Con un chasquido de dedos de Lillith todo comenzó a arder a una velocidad vertiginosa. Ya ni siquiera sus padres podrán recuperar los cadáveres de sus hijos y realizarles un entierro digno de ellos.

El cielo estaba despejado, sin ninguna nube. Había un millar de estrellas y se podían ver algunas constelaciones. ¡Mira, la Osa Mayor!-pensé para mis adentros.

Lucifer me dejó en el suelo pero seguía cogiéndome fuertemente del brazo. Me estaba haciendo daño y que sus dedos iban a quedar marcados en mi piel para toda la vida.

Me dio la vuelta y me miró. Sus ojos me daban miedo, pavor. Era el demonio en persona. Entonces aquel demonio se acercó a mi rostro y atropó mis labios con los suyos. Yo intentaba separarme pero no podía. Mi cuerpo, sin mi permiso, le correspondió al beso e incluso se pegó más al de él. No podía hacer nada. Mi cuerpo no me hacía caso.

-Eres mía Helena-me susurró en el oído- Y siempre lo serás. Ahora y en el futuro-y dicho esto todo se volvió negro.

Me desperté agitada. Estaba en una habitación blanca con cortinas verdes. Me miré los brazos y me di cuenta que tenía conectado un gotero por intravenosa. Ahora lo recordé todo. La pelea en el instituto, las voces y negro. Me encontraba en el hospital.

Miré a mi alrededor y encontré las caras de Juan, Francesco y Daniel mirándome con asombro. Juan incluso me dio un gran abrazo. Lo único que se me ocurrió decirles fue:

-Os he visto-les dije mirando hacia un lado-Os he visto a los tres-seguí diciendo pero esta vez mirándolos a los ojos-Os he visto en el pasado. 

____________________________________________________________

Siento mucho la tardanza pero es que he estado en época de exámenes y tabajos y casi no he podido ni tumbarme.
Espero que este capítulo os guste :3 Intentaré subir el próximo lo antes posible que mañana termino los exámenes.
pd: Si queréis hacer feliz a una chica de 14 años please dejad un coment. Me da igual si es bueno o malo, es solo para saber que la gente me lee y que les parece XD